jueves, 15 de noviembre de 2007

Opinión: Las lecciones del Súper Expreso

Transantiago no sólo ha sido un problema. También hay líneas que son eficientes a la hora de prestar sus servicios. Es el caso del recorrido de buses Súper Expreso que va entre la estación de metro Santa Ana y Plaza Puente Alto. Diariamente se transporta a cinco mil doscientas personas.
Los usuarios coinciden en que el tiempo de viaje va entre los 30 y 45 minutos, imposibles de lograr con el antiguo sistema. En las micros amarillas este recorrido en horario punta podía demorar una hora y media. Otro aspecto que valoran es la comodidad: el tiempo de espera para abordar no supera los quince minutos, no se permite sobrepasar la capacidad de asientos del bus, se obliga a mantener normas de higiene, etc.
El servicio es temporal. Si se suspende en mayo, como lo señaló “off the record”, los usuarios temen volver al caos de principios de año. Es demasiado el contraste entre ambos sistemas. Se presenta un nuevo desafío para el Ministerio de Transportes: cómo seguir sin perder los estándares de eficiencia y calidad.
A nuestro parecer el temor de los usuarios es fundado. Transantiago no ha entregado información sobre cómo va reemplazar el actual sistema. Se crea innecesariamente un clima de incertidumbre.
Creemos que la gran lección de esta operación es que es posible tener un sistema que deje satisfechos a los usuarios. Es una buena idea tener servicios expresos de buses troncales que continúen el mismo recorrido. Otra lección: si se quiere eficiencia no es posible que una micro pare en cada cuadra. Los buses expreso que salen de Santa Ana sólo lo hacen en el hospital Sótero del Río antes de llegar a destino. Hay que perfeccionar la distribución de los paraderos.
Creemos que es una buena oportunidad para confirmar que de los errores se puede aprender.

En busqueda de información

Quisimos saber algo más sobre la línea de buses Súper Expreso. Partimos como ciudadanos comunes y corrientes a preguntar específicamente cuándo y qué pasaría si se pone fin al este sistema.

En la cola para subirse al bus.

Una de las críticas a la línea de buses Express entre Santa Ana y Plaza Puente Alto es la larga y lenta cola que hay que hacer para abordarlos. Fuimos el lunes 12/11/07 a ponernos en la fila y corroborar que tan cierto era este comentario.

Recorrido estación Santa Ana - Plaza de Puente Alto



Entre las 17:30 y las 21:30 horas, en la intersección de las calles Catedral y Manuel Rodriguez, se da inicio al servicio Express Santa Ana-Plaza Puente Alto.






Según los operadores de este servicio, cerca de 5.200 personas diariamente ocupan el recorrido con destino al sector sur de la capital.




Las personas que utilizan estos servicios, en su mayoría cansados trabajadores, lo valoran como una buena alternativa al Metro.





Ordenadamente los usuarios esperan su turno para abordar el bus. Nada de "colados".



Uno de los beneficios de este sistema es que no tiene un valor agregado a la tarifa de Metro en horario punta. Cuenta como un transbordo más.






Para la espera, que no bordea más que los quince minutos, se instalan los típicos vendedores ambulantes.





"Es más comodo, y uno se puede venir durmiendo", cuenta Pablo, el joven de polera amarilla. "El chofer te avisa cuendo estás por llegar, por lo que no te preocupas por nada".





Para la mayor comodidad de los usuarios, un operador fiscaliza que sólo 45 pasajeros aborden el bus.





El usuario del bus Express puede gozar de los mismos privilegios que al viajar hacia una distancia mayor: sillas requinables, televisores y baños.




Apróximadamente 30 minutos se desmora en llegar su destino, Plaza Puente Alto. Durante este lapso, sólo realiza una parada en la estación Hóspital Sotero del Rio.




Estos buses Express han sido una solución efectiva ante el problema de recorridos que posee el Transantiago. Lo mejor evaluado es su comodidad; lo peor, la espera. Pero se sigue prefiriendo, aunque no se sabe cuando será sacado de circulación.

Entrevista a cinco usuarios del sistema

Cinco usuarios del sistema de Buses Express nos dieron su opinión sobre el servicio: un profesional del Ministerio Público, un trabajador de la construcción, un estudiante, una señora de la tercera edad y una mujer brasileña. Partimos con esta última, preguntándole con qué frecuencia ocupaba el sistema.


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